Carbón vegetal: qué es, comprar…


Carbón vegetal

Comprar carbón

Carbón vegetal, tu mejor aliado

Es lo mejor que puedes emplear para asar o ahumar tus alimentos. A la hora de fabricarlo se deben quemar las variedades de madera utilizadas, como encina, roble o abedul, por encima de los 500ºC sin aire. Con este calor, la humedad de la madera desaparece casi por completo, lo que incrementa el poder calorífico del producto final. El proceso de fabricación de este tipo de carbón es bastante lento. De hecho, puede llegar a durar unos 20 días.

Se puede obtener con diferentes maderas, ya sea de roble o de encima, el más común. Ahora bien, también podemos adquirir carbón de coco, quebracho o naranjo. Cada uno de ellos cuenta con un poder calorífico determinado para elaborar diferentes platos.

Carbón vegetal, el mejor para la barbacoa

El carbón vegetal es el mejor para una barbacoa. Este carbón se produce mediante un proceso de quemado de la madera a unos 500 grados centígrados en ausencia del aire.

Gracias a este proceso, la humedad que contiene la madera queda casi totalmente eliminada y el carbón que se obtiene tiene un poder calorífico grande.

Existen varios tipos de carbón, principalmente se clasifican en dos clases: el carbón mineral, en desuso por su alta toxicidad y el carbón vegetal. Dentro de este tipo también los podemos clasificar según origen y características.

Usos y producción de carbón vegetal

El carbón vegetal tiene un uso mucho más doméstico: estufas, calderas y parrillas son los lugares en los que suele utilizarse este tipo de carbón para producir fuego.

El carbón vegetal surge de la combustión incompleta de la madera y otros residuos vegetales. En concreto, el carbón vegetal que normalmente se comercializa es exclusivamente de leña de encina.

De esta forma, podemos decir que el carbón vegetal es un tipo de combustible renovable y ecológico, pues no es contaminante.

El carbón vegetal proviene de la carbonización de la madera y otros residuos vegetales, los cuales son sometidos a una temperatura que se encuentra entre los 500 y los 700 grados con ausencia total de aire. Con este proceso se consigue aumentar su valor calorífico. Se trata de un material sólido aunque frágil y poroso, y suele presentar un contenido de carbono del 80%.

El carbón vegetal es un recurso que no se agota ya que se elabora a partir de residuos de madera que se encuentran en gran cantidad en nuestro planeta.

El carbón vegetal tiene un uso mucho más doméstico: estufas, calderas y parrillas son los lugares en los que suele utilizarse este tipo de carbón para producir fuego. Aunque muchas personas piensan que el carbón vegetal se lleva utilizando pocos años, lo cierto es que existen pruebas de que muchas pinturas rupestres realizadas hace más de 15.000 años, fueron llevadas a cabo con este carbón.

El principal uso del carbón vegetal está en la cocina. Actualmente, y dada la situación, cada vez más restaurantes optan por el carbón vegetal para su cocina. Es una excelente manera de generar una buena combustión sin dejar de lado la relación entre calidad y precio.

Utilizar carbón vegetal para la cocina establece un punto de diferencia también en el sabor, y es que la cocina tradicional hacha sobre las brasas agrada el paladar de cualquiera. Si tienes un restaurante y quieres ofrecerle lo mejor a tus comensales, este tipo de carbón es lo que necesitas.

Si lo que quieres es avivar las llamas de tu barbacoa y pasar agradables tardes de verano con tu familia y amigos, disfrutando de una parrillada, el carbón vegetal es la opción perfecta para ello. Conseguirás el punto perfecto en la carne sin que llegue a coger ese excesivo sabor a ahumado.

El carbón vegetal es el resultante de poner a altas temperaturas leña procedente de la encina. Esta leña no procede de la tala de los árboles, sino de la poda, por lo que es un producto totalmente ecológico que no afecta a las especies vegetales de la zona.

España es una tierra rica en vegetación y en la que crecen una gran variedad de especies sanas y fuertes. Lo que resulta beneficioso, ya que el acceso al material y la distribución del mismo es más rápido y eficaz, lo que se traduce en una reducción de costes de producción, y por ende, una disminución del precio de venta.

Por lo tanto, el carbón vegetal resultante de este proceso tiene una muy buena durabilidad. Esto implica que la lumbre aguante encendida durante mucho tiempo, lo que también supone un ahorro en combustible. Además, su poder calorífico es realmente eficaz, lo que favorece que los alimentos se hagan a la brasa y no se cuezan.