Zapatillas de atletismo de mediofondo


Zapatillas de atletismo de mediofondo

En las pruebas de mediofondo (800, 1000 y 1500 metros principalmente) las zapatillas de clavos tendrán una placa menos agresiva que las de velocidad. Además, la mayoría de los modelos específicos de estas pruebas tienen un poco de amortiguación, aunque sigue siendo casi despreciable, sobre todo si la comparamos con la de modelos de zapatillas de asfalto.

Aun así, la amortiguación no es un aspecto clave en la elección de unas zapatillas de clavos para la atleta catalana del F.C. Barcelona Irene Bonilla, especialista en 800 metros: «tengo en cuenta, sobre todo, que la malla de la zapatilla se ajuste a mi pie. Tengo que sentirme cómoda con ella puesta y que la sensación sea lo más parecida a ir descalza. Además, tiene que darme sensación de agilidad pero con algo de refuerzo o protección. Para esto hay que tener en cuenta también el peso de la zapatilla».

Al igual que pasaba con las zapatillas de velocidad, también será importante el tipo de placa a la hora de comprar unas zapatillas para estas pruebas: «Tengo que notar la dureza en la suela para hacer que el impacto sea más reactivo. La amortiguación prácticamente quedaría en un segundo plano, ya que casi todos pisamos el pie de metatarso y por tanto no es necesario».

Irene también corre ocasionalmente los 400 metros, prueba que en principio se considera de velocidad: «en caso de hacer un 400 en competición utilizo la misma zapatilla, ya que estoy acostumbrada a ella y me siento más cómoda. Pero tengo varios pares de zapatillas: algunos para entrenamientos y otros para competición. Siempre son del mismo modelo, pero los de competición los reservo para días concretos y así no desgasto los clavos y los de entrenamiento los uso a diario en época de competiciones y están más desgastados».

No siempre se utilizan clavos, práctica habitual entre todos: «entrenando utilizo también voladoras, de hecho son las que intento utilizar lo máximo posible, pero a veces por calidad de las series el uso de clavos se hace inevitable. Cuando empieza la temporada de competiciones empiezo a meter los clavos en entrenamientos puntuales». Porque la diferencia entre unas voladoras, por muy rápidas que sean, y unos clavos es muy grande: «se nota nada más te las calzas. La pisada con una zapatilla de clavos es mucho más agresiva, no sólo por llevar un ritmo más alto, sino porque la protección es mínima y se nota que se castiga más al pie.»

Y un buen consejo: «mi recomendación es utilizar sólo clavos en entrenamientos de calidad (pocas series a ritmos fuertes) o en días de series con varios bloques, utilizando voladoras en las primeras series y acabando los últimos bloques con clavos. Así no sobrecargamos los gemelos y evitamos lesiones».

El modelo elegido por Irene Bonilla es un clásico entre mediofondistas y fondistas: «he utilizado siempre el mismo: Nike Zoom Victory, pasando por la Victory 2, la 3 y la Elite. Es la que noto que se ajusta mejor a mi pie y estéticamente, un aspecto al que también le doy mucho valor, me encanta».

En algunos catálogos nos encontramos con diferencias entre las zapatillas para el 800 y las del 1500. Hablando con Iván Manceñido, atleta aragonés del Simply Scorpio-71 especialista en el milqui, vemos que coincide con el modelo de Irene: «con el que mejor me encuentro es la Victory 2, aunque algunos compañeros utilizan las Victory Elite y modelos superiores y también rinden bien», pero anota las diferencias entre las dos pruebas: «para los 800 metros hay que buscar una zapatilla con una suela más rígida, mientras que para el 1500 se busca algo más de flexibilidad para evitar cargarte demasiado y así llegar a la parte final de la prueba con más fuerza«.

Eso sí, el ajuste sigue siendo la parte más importante de la elección: «busco flexibilidad pero también adaptación al pie para que éste no deslice cuando estamos en ritmos altos. La sensación ideal que se busca es la máxima reactividad en el momento de la pisada, como si de un muelle se tratara«.

Iván utiliza también más de un par siguiendo el mismo patrón que Irene: «para competir utilizo unos con los que me encuentro más cómodo y para entrenar otros algo más desgastados. Si corro un 800 o puntualmente un 400, quizá lo ideal sería tener unas zapatillas de velocidad, pero yo utilizo las mismas que cuando corro los 1500 metros».

Es importante también para Iván Manceñido no utilizar siempre los clavos: «depende mucho de la carga de entrenamiento de cada semana. En una semana de carga utilizo clavos y en las de bajada, con carga menor, utilizo voladoras. Fuera de temporada tiro de voladoras o unas zapatillas más rodadoras. Pero es importante calzarte clavos entrenando para notarte rápido y reactivo y así luego trasladarlo a la competición«.

En cuanto a clavos específicos —Irene Bonilla utilizaba siempre los de 6 mm—, se moja: «los que mejor resultado me han dado son los de aguja, pero los de pirámide son también una buena opción. Yo utilizo los de 3 milímetros, aunque con un clavo de 6 mm puedes obtener ese punto de ritmo – velocidad que no te aportan los de 3 mm. Los voy intercambiando cuando veo que están algo desgastados aunque un lote suele durar una temporada».