Nutrición de la hamburguesa


Nutrición de la hamburguesa

Desde un punto de vista básico, la hamburguesa aporta proteínas (debido a su contenido predominantemente cárnico) e hidratos de carbono, que provienen del pan y del azúcar que contiene algunos de los aliños (que por regla general corresponde al kétchup).

El contenido de grasas depende fundamentalmente del tipo de carne empleado en su elaboración. Por regla general, el contenido de calorías es función del tipo de hamburguesa. Uno de los parámetros más importantes es su tamaño (es decir, su peso): a mayor tamaño, mayor número de calorías.

Usualmente el tipo de carne es importante; por ejemplo, las hamburguesas elaboradas con carne de pavo o pollo, generalmente, poseen menos calorías que las de carne de vacuno.​ Las cheeseburgers (hamburguesas con queso) suelen ser más calóricas que sus elaboraciones similares sin queso.

Los acompañamientos son, frecuentemente, una fuente de calorías en el menú de una hamburguesa; por ejemplo, un acompañamiento de papas fritas puede añadir cerca de unos 500 kcal al contenido calórico de una hamburguesa. Este tipo de menús ya suele cubrir las necesidades calóricas de una persona media (que suele rondar entre los 1500 kcal y los 2500 kcal, dependiendo de su actividad diaria).

De la misma forma, el contenido de grasas, las hamburguesas con tocino poseen más grasa que aquellas que no la poseen, de la misma forma se puede razonar con el queso en las cheeseburgers.

Las hamburguesas con contenidos calóricos por encima de las 1000 calorías se han venido a denominar «hamburguesas XXL». Los contenidos de sales de sodio son importantes y en muchos casos se desaconseja tomar este alimento en personas con problemas de tensión arterial.

En algunas ocasiones los supermercados suelen ofrecer la carne picada y envasada de tal forma que resulta fácil preparar (comida confort), no obstante resulta desaconsejable emplear este tipo de carne debido a que no es fácil saber su procedencia y menos su calidad.

De todas formas, se ha investigado que el consumo prolongado de carne de vacuno picada y frita puede ser origen de anticarcinomas que previenen el cáncer debido a las substancias residuales del ácido linoléico durante el preparado de la carne mediante calentamiento.

Las corrientes actuales de la sociedad acerca de la «comida sana» hacen pensar que algo tiene que cambiar en la composición de las hamburguesas.

Lo cierto es que la hamburguesa, por sí sola, es un alimento equilibrado, contiene hidratos de carbono, proteínas y vitaminas, pero la hamburguesa más común posee exceso de grasas con el objeto de mejorar y potenciar su sabor, en especial debido a su origen animal es una fuente de colesterol de baja densidad.

La preocupación existe en las dosis semanales o mensuales, o en alimentarse casi exclusivamente con este producto. El número adecuado de hamburguesas en una dieta equilibrada depende en gran medida del origen de sus ingredientes.

Resulta aconsejable elaborar la hamburguesa en casa, con carne picada y elegida por el consumidor de una pieza entera en la carnicería, que no haya pasado tras su picado más de unas horas (siempre en la nevera).