Relojes de torres y campanarios


Relojes de torres y campanarios

Antes de inventarse los relojes personales de pulsera y de bolsillo se inventaron relojes muy grandes de mecanismos complicados y pesados que se colocaban en lo alto de las torres y campanarios de los pueblos y ciudades para que los ciudadanos tuviesen conocimiento de la hora del día.

A estos relojes se les conectaba a una campana grande y sonora y es la que iba indicando con un toque peculiar las horas y cuartos de hora cuando se iban cumpliendo.

A lo largo de los años hay relojes de este tipo que se han hecho muy famosos, como el Gran Reloj de Westminster situado en la Torre de Isabel del palacio del Parlamento británico o el situado en la Puerta del Sol de Madrid.