La mayoría de los puffs son para interior, y la mayoría son de piel sintética. De la buena calidad de la polipiel dependerá la duración y la estética del puff a medida que se usa y envejece.
Por eso es fundamental que la polipiel sea fuerte, lavable, agradable al tacto y que el cosido sea resistente y no se abra por mucho que nos sentemos.