Materiales de las estufas de leña


Materiales de las estufas de leña

Dependiendo del interior o interior de la estufa, se utilizan unos materiales u otros.

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El interior de la estufa, también llamado hogar, que es donde se queman los leños, puede ser de ladrillos refractarios o de hierro fundido.

Los ladrillos refractarios suelen ser de vermiculita, que pesan poco y son aislantes o de chamota, que da menor aislamiento, pesan más pero son resistentes a los golpes.

Por otro lado está el hierro fundido, que es el que mejor características tiene, por un lado su buena inercia y por otro su aislamiento y eficacia.

En función del modelo de estufa de leña, el estilo y su destino son preferibles ciertos materiales para el exterior. Hierro fundido o acero, restitución o diseño, ¡tú eliges! ¡Te aseguramos que algunos modelos de estufa reúnen las dos ventajas!

Estufa de leña de hierro fundido

Estufa de leña de hierro fundido

El hierro fundido es un material robusto, pero con mucho peso y difícil de instalar. Dispone de excelente inercia térmica (conservación del calor) y propagación homogénea del calor que permiten obtener un buen ahorro de combustible.

Estufa de leña de acero

Estufa de leña de acero

El acero es más ligero que el hierro fundido y por tanto el insert de acero es más fácil de instalar. Es más barato y alcanza rápidamente la temperatura, sin embargo, es menos eficiente en cuanto a la restitución del calor que el hierro fundido.

No es infrecuente la mezcla de estos dos materiales para conseguir al mismo tiempo eficacia y diseño.


Material del interior de una estufa de leña

El hogar es la parte interior de la estufa que alberga los leños. Cada estufa tiene una capacidad distinta para poder utilizar leños de medidas distintas, cuyo tamaño influye en la autonomía de la estufa de leña. Cada estufa tiene una capacidad distinta según el tamaño de los leños que puede acoger, por ejemplo de hasta 50 cm.) La autonomía y el calor desprendido también están relacionados con el tipo de madera que se quema: leño de roble (madera dura, hoja perenne, sin resina) con un poder calorífico y un tiempo de combustión superiores a los leños de pino (madera blanda, conífera con resina). La autonomía de una estufa de leña varía generalmente entre 6 y 12 horas.

No hay que sobrevalorar el tamaño del hogar de la estufa de leña ya que en términos de calidad de calentamiento (eficacia y contaminación), es mejor la combustión de un fuego contenido en un hogar pequeño que la combustión de un fuego lento en un hogar de tamaño grande (y por tanto menos suciedad).

La combinación ideal es elegir una estufa de leña con volumen de calentamiento adecuado a tu vivienda y tus hábitos de confort/comodidad.

En cuanto a los materiales, el hogar de la estufa de leña puede estar fabricado con ladrillos refractarios, como la vermiculita o la chamota, y también con hierro fundido. La función de los ladrillos refractarios es proteger el hogar y restituir el calor, cualquiera que sea el material de las paredes del calentador.

Ladrillo refractario de vermiculita

La vermiculita ofrece un aislamiento eficaz, una inercia menor y menos rapidez a la hora de alcanzar la temperatura. Los ladrillos de vermiculita pesan poco.

Ladrillo refractario de chamota

La chamota es un material que presenta buena resistencia los golpes y arañazos, aunque tiene menor aislamiento en comparación con la vermiculita. Estos ladrillos refractarios pesan mucho.

Interior de hierro fundido

De entre todos los materiales destinados a uso como ladrillo refractario, el hierro fundido es el que presenta las mejores características: ofrece una buena inercia y un aislamiento óptimo y eficaz. Estos ladrillos refractarios pesan mucho.