Chancleta/Hawaiana
La chancleta es un tipo de sandalia hecha de una suela que se sostiene al pie por medio de una tira o cordón que separa el dedo gordo de los dedos restantes y te hace hacer que las mamas tengan el control y te dan en las pompas
«Chancleta» es un diminutivo de «chancla», de la que se diferencia por tener esta tira o cordón como medio de sujeción al pie en vez de una banda que cubre todo el empeine del pie y que no dispone de esa sujeción, como es el caso de la chancla.
El término «chancleta» se usa en muchos países hispanohablantes, como Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, España, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Uruguay y Venezuela.
Sin embargo, según la región, a la chancleta también se la llama chinela, chola, cotiza, hawaiana, ojota, romanita o tres puntadas. Además, el término «chancleta» también se puede usar para otros tipos de calzado, como por ejemplo la chancla misma. (Véase más abajo la sección titulada Nomenclatura).
Las chancletas son tan sencillas en su concepción que numerosos países han desarrollado este tipo de calzado independientemente unos de otros, aunque no necesariamente de forma simultánea. El uso generalizado de las chancletas es reciente en Occidente, pero en Japón, por ejemplo, dos tipos de chancleta son muy corrientes desde hace siglos: las zōri y las geta (pronúnciese «gueta»). La suela de las geta es muy gruesa y está hecha de madera.1 Existen grandes similitudes con otras culturas no relacionadas, como las ushutas (‘ojotas’) de los incas, o ciertas sandalias de esparto halladas en España y fechadas en el VI o V milenio a. C. En el Antiguo Egipto se utilizó un tipo de calzado similar, elaborado con tiras de papiro trenzado.
Las chancletas son probablemente el calzado más simple conocido que deja los pies casi totalmente al descubierto; por ello, resultan ser las preferidas en la playa, durante la época de verano. Por otro lado, dada su simplicidad y bajo costo, en los países subdesarrollados con frecuencia las utilizan los indigentes, reclusos, obreros, pescadores y personal de servicio. También las clases sociales más pobres la utilizan como calzado de uso diario por su bajo costo además de que, debido a que en los países subdesarrollados la mayoría de dichas clases sociales tiene origen campesino donde se anda descalzo, la chancleta viene a ser un escalón más en la vestimenta, ya que las personas que no han estado acostumbradas a utilizar zapatos las sienten más cómodas que estos. Asimismo, muchas personas prefieren usar chancletas en la casa, debido a la comodidad que suelen dar a los pies.
A fines de los años noventa hubo un fuerte resurgimiento de las chancletas como calzado de moda, especialmente entre las adolescentes. Actualmente, siendo elaboradas por distintas marcas y con diversos materiales (desde plástico hasta cuero de alta calidad), forman parte de la indumentaria usual de adolescentes y jóvenes de estrato social medio y alto, quienes han extendido su uso en universidades, escuelas, oficinas e incluso certámenes y actos públicos.
El ingreso de las chancletas en el mundo de la moda ha generado algunos debates sobre hasta qué punto estas sandalias resultan apropiadas a la vestimenta formal o semiformal. Desde cierto punto de vista, reflejan una tendencia de rebeldía consistente en «romper» con esquemas o convencionalismos antes no cuestionados en el vestir. Por su propia naturaleza, las chancletas suelen llamar mucho la atención cuando combinan con ropa de vestir, lo que concuerda con una tendencia en la moda de revelar elementos que no encajen en el conjunto final.
Algunos podólogos desaconsejan su uso, ya que puede provocar caídas, cortes en la piel, problemas circulatorios y heridas entre el primer y segundo dedos.