Bidés: tipos y características


Bidés: tipos y características

Hay varios tipos de bidés, pero los más comunes son:

  • de pedestal con chorro horizontal (Sur de Europa)
  • de pedestal con chorro vertical o ducha invertida (Argentina, Paraguay y Uruguay)
  • dispositivos ya sea el spray solo o incluyendo la tabla del asiento, que se incorporan al inodoro
  • duchas flexibles extensibles externas al inodoro pero que se utilizan en conjunto con él (Finlandia)

La palabra bidé viene del francés bidet, nombre que le pusieron porque había que sentarse con las piernas abiertas, como cuando se monta a caballo. Algunos afirman que los franceses tomaron la palabra de bidet​ que es el nombre en francés de un caballo pequeño o caballito para los niños o las damas.

Uso del bidé

Existe la confusión, principalmente en países donde no se lo utiliza, de que el bidé se utiliza en reemplazo del papel higiénico, cuando en realidad se trata de un procedimiento adicional al habitual del papel higiénico.

Si bien el procedimiento puede variar según el tipo de bidé y las costumbres del país donde se lo utiliza, en el caso de bidé de pedestal habitualmente el procedimiento consiste en primero utilizar papel higiénico de forma normal eliminando la suciedad lo más posible en el inodoro, luego quien lo utiliza se traslada al bidé para bañar la zona perineal y los alrededores del ano usando agua tibia y jabón, regulando la presión y temperatura del agua a gusto y realizando suaves movimientos para cambiar la zona afectada por el chorro.

Una vez finalizado su uso es habitual secarse utilizando una pequeña toalla de uso personal dedicada específicamente a tal fin. Es de notar que realizando este procedimiento similar a tomar un baño, el nivel de higiene obtenida es el máximo posible. También es habitual que el procedimiento se realice incluso cuando inmediatamente se tomará un baño.

Al igual que el inodoro, el bidé es probablemente una evolución del orinal, que fue sufriendo cambios a medida que se mejoraba la infraestructura de plomería en las casas. Originalmente el bidé parece ser una invención de los fabricantes franceses de muebles hacia fines del siglo XVII, sin embargo no se conoce una fecha exacta o inventor. ​La referencia escrita más antigua sobre el bidé es de 1726 en Italia.​ Si bien existen registros del pedido de María Carolina de Austria Reina de Nápoles y Sicilia, de un bidé para su baño personal en el Palacio Real de Caserta, el bidé no se difundió masivamente en Italia hasta luego de la Segunda Guerra Mundial.

Existen también antecedentes históricos de su uso para realizar lavajes contraceptivos​ función largamente abandonada dados los estándares modernos.

Hacia finales del siglo XIX y principios del siglo XX, debido a las grandes mejoras en la plomería y los cambios en los códigos de viviendas, la habitación de baño se arraigó como una habitación más dentro de la casa, y los muebles de higiene que eran utilizados habitualmente en el dormitorio, se mudaron y mutaron en el lavabo, el inodoro y el bidé que hoy conocemos, fijos y con agua corriente fría y caliente.